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PERIODONCIA: Aumento de reborde alveolar mediante injerto dérmico acelular: a propósito de un caso. Imprimir E-mail

Clusellas MªV, Carrió N, Sanz J, Baglivo M, Savoini M, Nart J. Aumento de reborde alevolar mediante injerto dérmico acelular: a propósito de un caso. Revista de Especialidades Odontológicas. Volumen 1, Núm. 1-1, Epub Junio 2012. 

Los cambios morfológicos que se produecen tras la extracción dentaria pueden causar un problema para la posterior rehabilitación prótesica comprometiendo la estética del paciente. El aumento de reborde alveolar permitirá obtener una arquitectura favorable para que el tratamiento rehabilitador sea funcional y estético. Se han descrito numerosos procedimientos quirúrgicos para tratar de reconstruir los defectos de cresta, bien sea con tejido duro, tejido blando o ambos. Para el aumento de reborde alveolar mediante tejidos blandos disponemos de los autoinjertos, y de los aloinjertos, como el tejido dérmico acelular (Alloderm®), que es tejido humano químicamente tratado. El presente artículo ilustra un caso clínico de aumento de reborde alveolar mediante injerto dérmico acelular, tras extracción del 1.1 donde posteriormente será rehabilitado mediante un puente fijo de 1.2 a 2.2 y con póntico en la zona de la extracción. 

Palabras clave: Aumento de reborde alveolar, tejido dérmico acelular, Alloderm® 

Morphological changes after tooth extraction can cause a problem for prosthetic rehabilitation compromising the aesthetic of the patient. The alveolar ridge augmentation will get a favorable architecture to obtain an aesthetic and functional rehabilitation treatment. It has been described numerous surgical procedures trying to restore deformed edentulous alveolar ridges to increase hard tissue or soft tissue. For soft tissue ridge augmentation available: autograft, and allografts as acellular dermal matrix (Alloderm®), which is a human tissue chemically treated. The present article illustrates a case report of alveolar ridge augmentation using acellular dermal graft after extraction of 1.1 and replaced by an esthetic fixed bridge from 1.2 to 2.2 with a pontic in the extraction area. 

Key words: Alveolar ridge augmentation, Acellular Dental Matrix, Alloderm®.

Aumento de reborde alveolar mediante injerto dérmico acelular: a propósito de un caso. 


Maria Victòria Clusellas* 
Neus Carrió** 
 Javi Sanz** 
Mariana Baglivo** 
 Marzia Savoini** 
José Nart*** 

 * Alumna Máster de Periodoncia 
 ** Profesor/a Máster de Periodoncia 
*** Director Máster de Periodoncia 

 Universitat Internacional de Catalunya. Sant Cugat, Barcelona. España. 

 INTRODUCCIÓN 


El aumento de reborde alveolar es una técnica utilizada para aumentar rebordes atróficos o disminuidos, y así obtener una arquitectura favorable, para realizar reconstrucciones estéticas y funcionales aceptables1,2. Una de las causas más frecuentes de disminución de reborde es por la pérdida de dientes o la extracción dental, causados por enfermedad avanzada, fracaso endodóntico, fracturas y traumatismos3,4. 

Los cambios que se producen en la morfología ósea tras una extracción dental no siguen un patrón constante, produciéndose una pérdida ósea excesiva tanto en la dimensión buco-lingual como ápico-coronal4. 

Diversos estudios en animales y humanos describen claramente que la reabsorción del proceso alveolar tras la extracción dental es significativamente mayor por vestibular que por lingual/palatino, por ello el reborde se encuentra en una posición más palatina/lingual5. 

Los cambios dimensionales en las zonas post-extracción se producen durante los 12 primeros meses reduciéndose un 50% el ancho de la cresta durante este periodo, siendo mayor que la reabsorción ósea vertical y mayor en molares que en premolares. Dos tercios de esta reducción se producen en los 3 primeros meses. El 40% de la reabsorción de la cresta en sentido apicocoronal se produce de 4 a 6 meses post-extracción, siendo mayor si se han perdido dientes contiguos. 

La pérdida ósea periodontal avanzada, años de edentulismo, tipos de prótesis e incluso restauraciones antiguas, son factores que afectan a la extensión de la reabsorción ósea. 

Existen clasificaciones para agrupar las deformidades de cresta. Una de las clasificaciones más ampliamente utilizadas para clasificar las deformidades de la cresta alveolar es la que propuso Seibert en 19836 donde presenta tres categorías de defectos: 

Clase I: Pérdida de tejidos en dirección vestíbulo-lingual y una altura normal en dirección apico-coronal 
Clase II: Pérdida de tejido en dirección apico-coronal y anchura normal en al dirección vestibulo-lingual 
Clase III: Combinación de las Clases I y II, es decir, una pérdida de altura y de espesor. 

Esta clasificación fue descrita para agrupar los defectos de cresta dónde posteriormente se tratarían con un pórtico. 

Posteriormente se propone un sistema de clasificación de los defectos duros y/o blandos basado en el tratamiento y con una guía para la adopción de decisiones en relación a cada defecto7. 

Esta clasificación, llamada clasificación de cresta HVC, es una modificación de Seibert dónde a la clase I le otorgan el nombre de horizontal (H), refiriéndose a la pérdida en sentido horizontal, la clase II recibe el nombre de vertical (V) refiriéndose a la pérdida en sentido vertical, y la clase III recibe el nombre de combinada (C) siendo una combinación de defectos horizontales y verticales. Cada categoría se subdivide a su vez en: pequeña (s, ≤ 3 mm), mediana (m, 4 a 6 mm) o grande (l, ≥ 7 mm) según los milímetros perdidos7. 

En los últimos años se han descrito numerosos procedimientos quirúrgicos tratando de reconstruir defectos de cresta, bien sea para aumentar tejidos duros como blandos y así obtener restauraciones aceptables. Existen diferentes injertos de tejido blando para las técnicas de aumento de reborde como el injerto de tejido gingival libre, el injerto de tejido conectivo y el injerto de matriz dérmica acelular (MDA-Alloderm®) El Alloderm® es tejido humano sometido a procesado químico con el objetivo de eliminar todas las células epidérmicas y dérmicas conservando la matriz dérmica bioactiva. 

El Alloderm® permite reemplazar la estructura dérmica de colágeno, elastina, vasos sanguíneos y proteínas bioactivas que dan soporte a la vascularización natural, a la reproducción celular y regeneración del tejido. Su cicatrización es un proceso que dura hasta un año, dónde las células repobladoras comenzarán el proceso de remodelado de la matriz para convertirla en tejido blando normal, y así obtener la apariencia de tejido del propio paciente. 

El Alloderm® ha sido ampliamente usado en el manejo de quemaduras, defectos de tejidos blandos, en aumento de encía queratinizada y como membrana, entre otras. Es un material de injerto reconstructivo que suministra una alternativa a otros injertos autólogos8. 

El objetivo de este artículo es mostrar un caso clínico de aumento de reborde con Alloderm® en el sector anterosuperior. 

CASO CLÍNICO 


Mujer de 41 años de edad y raza caucásica que acudió a la Clínica Universitaria Odontológica de la Universitat Internacional de Catalunya por motivos estéticos especificando especial preocupación por el diente 1.1. Tras una valoración inicial, la paciente fue remitida al Departamento de Periodoncia. 

La paciente no presentaba ningún antecedente médico de interés odontológico. En cuanto a su higiene dental diaria, la paciente refirió realizar cepillado 2 veces al día con un cepillo manual, no realizaba higiene interdental, ni utilizaba colutorio. 

En el examen clínico presentaba un biotipo periodontal fino, con pérdida de inserción, recesiones de 3 a 4mm y profundidad de sondaje de 7 a 8 mm de manera generalizada. El diente 1.1 presentaba profundidad de sondaje de 6 a 8mm, movilidad tipo II y frémitus. (figura 1A y figura 1B). 

En el examen radiográfico se observó un grado de pérdida ósea avanzada generalizada. El 1.1 presentaba una relación corono-radicular desfavorable y la paciente refirió haberse realizado tratamiento de conductos y apicectomía en esta pieza unos 15 años atrás. (figura 2). 

A partir de los hallazgos clínicos y radiográficos, y basándonos en la clasificación de Enfermedades Periodontales de Armitage de 1999, se asignó a la paciente el diagnóstico de periodontits agresiva generalizada. 

En cuanto al pronóstico periodontal, según la clasificación de McGuire y Nunn de 1996, se asignó pronóstico desahuciado al 1.1 por una inadecuada inserción para mantener el diente. En cuanto al tratamiento se realizó fase I o fase higiénica, dónde se proporcionaron instrucciones de higiene oral, se le realizó tartrectomía, raspado y alisado radicular por cuadrantes y un test microbiológico para determinar las bacterias periodontopatógenas presentes y administrar tratamiento antibiótico durante la primera fase de tratamiento. El resultado del test mostró la presencia de Tannarella forsythensis, Porphyromonas gingivalis, Treponema denticola y Campylobacter rectus; el antibiótico recomendado en este caso fue el Metronidazol 500 mg, cada 8 horas, durante 8 días. A las 6 semanas se reevaluó el estado periodontal y debido a la persistencia de bolsas residuales se planificó tratamiento de fase II o quirúrgica, en la que además de realizar cirugías resectivas y regenerativas periodontales se realizó la extracción del 1.1 y posterior aumento de tejidos blandos para rehabilitar la zona con un puente dentosoportado de 1.2 a 2.1. 

Tras la aplicación de anestesia local, se procedió a la extracción atraumática del 1.1 (Figura 3A, 3B, 3C) legrado del alveolo y sutura mediante un punto simple con seda 4/0. Previamente se realizó una férula vácum con el objetivo de añadir la corona del diente extraído (Figura 4) y dotar a la paciente de un provisional inmediato. 

A las 3 semanas postextracción (Figura 5A, 5B) se realizó la cirugía de aumento de reborde con matriz dérmica acelular (ADM-Alloderm®). Se realizó incisiones intrasulculares por vestibular extendiéndonos de línea ángulo distal de 1.2 hasta línea ángulo distal de 2.1 e incisión crestal en la zona edéntula (figura 6). A continuación, mediante un periotomo fino y sin elevar colgajo se realizó técnica en sobre de espesor parcial y se procedió a la inserción de una lámina doblada de Alloderm de 1x2cm con el objetivo de obtener mayor volumen (figura 7). Previamente la matriz dérmica acelular se hidrató con suero salino como sugiere el fabricante durante 20 minutos (10min. en 50ml y otros 10 min. en 50ml). El Alloderm® presenta dos superficies: una corresponde a la membrana basal y la otra corresponde a la parte del tejido conectivo de la piel. Se recomienda colocar la parte de tejido conectivo hacia el lecho receptor porque absorbe la sangre de inmediato y adopta las características de un injerto conectivo autógeno. Por otro lado, la zona que se asemeja a la membrana basal no absorbe sangre y presenta una superficie lisa (Batista 2001).

Una vez colocado el material se fijó y se suturó con Vicryl® 5/0 con puntos simples y colchoneros horizontales (figura 8A, 8B). 

A los siete días se realizó una visita de control, donde se observó cierta exposición del material de injerto (figura 9A, 9B) y a los 14 días se retiró la sutura (figura 10A, 10B, 10C). 

A los 3 meses tras el aumento de volumen se realizó el tallado supragingival de 1.2, 2.1 para la confección de un puente provisional y una corona en 2.2 (Figura 11). 

Tras 6 meses de cicatrización y una vez logrado el objetivo estético, con una altura y anchura del reborde alveolar estables (Figura 12A, 12B), se inició la confección del puente definitivo y la corona LAVA®. 

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Figura 1A. Fotografía frontal del 1.1.


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Fgura 1B. Fotografía oclusal del 1.1.


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Figura 2. Radiografía periapical inicial del diente. 


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Figura 3A. Fotografía frontal tras extracción diente 1.1.


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Figura 3B. Fotografía oclusal tras extracción diente 1.1.


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Figura 3C. Fotografía del incisivo central 1.1.


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Figura 4. Vácum con la corona del diente extraído.


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Figura 5A. Fotografía frontal. Cicatrización a las 3 semanas post-extracción.


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Figura 5B. Fotografía lateral. Cicatrización a las 3 semana post-extracción.


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Figura 6. Fotografía de incisiones de la cirugía de aumento de reborde alveolar.


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Figura 7. Fotografía de inserción del Alloderm.


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Figura 8A. Fotografía frontal de la sutura.


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Figura 8A. Fotografía oclusal de la sutura.


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Figura 9A. Fotografía frontal 7 días tras cirugía.

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Figura 9B. Fotografía oclusal 7 días tras cirugía.


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Figura 10A. Fotografía frontal 14 días tras cirugía.


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Figura 10B. Fotografía oclusal 14 días tras cirugía.


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Figura 10C. Fotografía lateral 14 días tras cirugía.


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Figura 11. Fotografía del puente provisional de 1.2 a 2.1 y corona provisional de 2.2 a los 3 meses.


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Figura 12A. Fotografía frontal tras 6 meses de cicatrización.

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Figura 12B. Fotografía oclusal tras 6 meses de cicatrización.

DISCUSIÓN 


Los defectos de reborde post-extracción constituyen un problema en la actualidad cuando se planifica la rehabilitación en el sector anterior con prótesis fija, prótesis removible o implantes. 

La morfología del defecto es uno de los factores importantes a tener en cuenta en la elección de la técnica quirúrgica cuando se platea el tratamiento del defecto de reborde. El aumento vertical y horizontal mediante la regeneración de tejidos duros y blandos se ha convertido en una de las principales opciones para lograr una arquitectura favorable para que las reconstrucciones sean funcionales y estéticas. 

Para el aumento con tejidos blandos recurrimos a los autoinjertos y a los aloinjertos como la matriz dérmica acelular. 

Se ha descrito ampliamente en la literatura el uso de autoinjertos como los injertos gingivales libres o los injertos de tejido conectivo para el tratamiento de aumento de reborde. El injerto gingival libre requiere de dos zonas quirúrgicas dejando una zona donante de cicatrización por segunda intención. 

El injerto presenta un aporte vascular limitado y discrepancias estéticas de la encía bucal dejando un aspecto final tipo parche (wei 2000, Jackson 2000, Mahn 2003). 

En los últimos años el aumento de tejido gingival se ha realizado mediante injerto de tejido conectivo de zonas del paladar o tramos edéntulos del propio paciente (allen 2005). A pesar de sus ventajas biológicas, los injertos autógenos presentan ciertas desventaja como la necesidad de una zona donante, disconfort postoperatorio, mayor tiempo quirúrgico, posibles complicaciones vasculares y la imprecisión de la estabilidad volumétrica del material de injerto (Eppley 2000, Wei 2002, Fowler 2000, Santos 2005). 

Los aloinjertos como la matriz démica acelular han sido utilizados como alternativa a los injertos autógenos con el objetivo de conseguir mejorar ciertos aspectos. 

Este tipo de injerto inicialmente se usaba para el tratamiento de pacientes con grandes quemaduras corporales. A partir de los años 90 fué introducido en el campo de la odontología para diversas técnicas como el aumento de encía queratinizada alrededor de dientes e implantes, para el cubrimiento radicular en recesiones, preservaicón y/o aumento del grosor gingival en áreas desdentadas o eliminación de pigmentaciónes melanóticas o tatuajes por metales (Sclafani, 2000). 

El Alloderm tiene un grosor uniforme de 0.89 a 1,54 mm. Este tejido nos permite, gracias a sus propiedades, plegarlo para poder duplicar su volumen y conseguir más aumento crestal (Jackson 2000). Como contrapartida el doblarlo puede comprometer la vascularización dificultando la formación de nuevos vasos y provocar una contracción mayor del injerto. (Batista 2001, Wei 2002). 

Histológicamente el Alloderm® presenta cambios tras su colocación, observándose una mínima cantidad de vasos capilares que pueden ser discernidos dentro del injerto. Se encuentran macrófagos, fibras de colágeno y células endoteliales que migran por los canales vasculares preexistentes, pero la mayoría del injerto permanece avascular. Durante la primera semana el aumento de macrófagos entre las fibras colágenas se hace evidente mostrando la formación de nuevas fibras colágenas en la periferia del aloinjerto. A las dos semanas, a pesar de la persistencia de células inflamatorias, se aprecia un incremento en el número de fibroblastos y células epitliales. A las tres semanas el infiltrado inflamatorio disminuye significativamente y se produce la formación de nuevos vasos sanguíneos en la porción más externa del aloinjerto con un crecimiento de las células epiteliales cubriendo la superfície del mismo. A las cuatro semanas la estructura del material de injerto todavía se reconoce pero se ha sido altamente modificado por la reabsorción de la mayoría de las fibras colágenas. También se observa un aumento de vasos sanguíneos y crecimiento de linfocitos, células plasmáticas e histocitos infiltrados en el tejido gingival. A las seis semanas la reepitelización de los injertos blandos se hace evidente con una estructura histológica de la membrana basal. Finalmente a las diez semanas no se observa infiltrado inflamatorio y la epitelización y restitución del tejido injertado es completa (Scarano 2009) 

Estudios comparativos concluyen que tanto el tejido conectivo como la matriz dérmica acelular sufren una integración completa en las áreas quirúrgicas sin diferencias significativas en cuanto a los componentes celulares (Harris 1998). 

No hay evidencia de reabsorción completa de la matriz dérmica acelular 3 meses después de la intervención quirúrgica. Sin embargo, la matríz dérmica remanente, se muestra completamente integrada con el tejido conectivo adyacente siendo difícil su distinción. (Núñez 2009). 

A principios de los 80 Langer y Calagna describieron una técnica de aumento de reborde mediante injerto de tejido conectivo obteniendo buenos resultados. La desventaja de la técnica viene determinada por la limitación del tamaño en cuanto a la obtención del injerto. Wennström en 1996 sugirió que en el caso de no haber suficiente tejido conectivo esta técnica estaba contraindicada. 

Harris en 2003 utilizando la misma técnica de Langer y Calana pero sustituyendo el material de injerto por Alloderm®, obtuvo resultados satisfactorios en 4 de los 5 casos tratados. La cantidad de tejido era suficiente para la posterior restauración con prótesis fija. En uno de los 5 casos, la matriz dérmica acelular quedó expuesta y se desprendió parcialmente, lo que comportó un menor aumento que en el resto de los casos. El injerto se mantiene estable a los 12 meses, coincidiendo con los resultados de Seibert en 1996. 

Batista en 2001 al igual que Harris realiza un estudio con matriz dérmica acelular para la corrección de defectos en pacientes que iban a ser rehabilitados con prótesis fija. Los resultados obtenidos mostraron un aumento clínico predecible en sentido horizontal y menos en vertical. Sin embargo observaron una contracción horizontal a los 3 meses de un 40.4% y a los 6 meses de un 41,4%. La contracción fué mayor durante los 3 primeros meses. 

La literatura demuestra que el injerto de tejido conectivo y los injertos gingivales libres presentan menos contracción que la matriz dérmica acelular (Thoma 2009, Scarano 2009, Langer y Calagna 1980, Allen 1980). Thome en 2009 sugiere que podría ser por el procesado del material. 

La matriz dérmica acelular también tiene indicaciones para el augmento de tejidos blandos previa a la colocación de un injerto en bloque. De ese modo podemos aumentar el tejido queratinizado y modificar el biotipo a uno más grueso para evitar dehiscencias y exposición del injerto óseo (AlGhamdi, 2008. Ruiz-Magaz 2010). 

A pesar que la literatura muestra buenos resultados con el uso de matriz dérmica acelular debemos tener en cuenta ciertas consideraciones asociadas a la sensibilidad de la técnica quirúrgica, al mayor tiempo de cicatrización, a complicaciones debidas a la exposición o pérdida del injerto, y a su coste. 

CONCLUSIONES 


La técnica de aumento de reborde alveolar ha demostrado ofrecer buenos resultados para la posterior rehabilitación protésica. Es importante hacer un buen diagnóstico de la morfología del defecto y determinar que tipo de restauración se va a realizar. 

Disponemos de diferentes técnicas y materiales para el aumento de reborde y todos ellos tienen el objetivo de aumentar el volumen en sentido horizontal y/o vertical. El Alloderm® por sus numerosas ventajas puede ser una buena alternativa a los autoinjertos que continúan siendo el “gold standard” de la cirugía mucogingival .

Aún así, se necesitan más estudios de aumento de reborde con alloderm para determinar la predecibilidad y estabilidad de esta técnica a largo plazo. 

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