Taller de Higiene Dental para niños | Infomed Dental

Taller de Higiene Dental para niños

Oral-B reúne a la psicóloga infantil Silvia Álava y al odontopediatra Eduardo Bratos para explicar las claves del cepillado desde el primer año de vida

La boca del niño tiene necesidades diferentes a las del adulto, y como tal hay que tratarla, empezando por cepillos adaptados. Además, es fundamental la motivación para que el cepillado no sea una rutina aburrida que intenten evitar siempre que puedan. Porque de todos los grupos de edad, los niños son el de mayor riesgo de padecer caries (el 32% tendrá alguna caries a los 5-6 años según la Encuesta Nacional de Salud).

El doctor Eduardo Bratos Calvo, profesor del departamento de odontopediatría, ortodoncia y profilaxis en la Universidad Complutense de Madrid, con práctica clínica en niños, indica que "es muy importante y recomendable que la primera visita al dentista se lleve a cabo antes del primer año de vida, cuando ya han empezado a erupcionar sus dientes, y nunca más tarde de haber completado la dentición primaria (alrededor de los dos años y medio)". La familia juega un papel básico, pero el odontopediatra es quien debe examinar los dientes, encías y maxilares para comprobar la eventual existencia de algún problema, así como para enseñarle el modo correcto de limpiar los dientes. "Al principio tendremos que limpiárselo nosotros, los padres, hasta los 3 años. Entonces, hay que utilizar una pasta con flúor (1.000-1.500 partes por millón) con una cantidad del tamaño de un guisante para mayores de 6 años, y la mitad para menores. El cepillo eléctrico de niños es una opción ideal", concluye el doctor.

Pero además de la rutina técnica, los niños obedecen mejor a las emociones, y es por eso que la psicóloga Silvia Álava nos ofrece ocho pautas infalibles. "Los niños copian a los adultos, y si nos ven hacerlo, lo harán ellos. Hay que fomentar su autonomía, vigilando pero dejando hacer, y plantearles el momento del cepillado como un juego, en el que pueden ir consiguiendo puntos positivos, por ejemplo. La paciencia es básica para los padres, sobre todo al principio, y conviene explicarles, por muy pequeños que sean, porqué es bueno lavarse los dientes: para que no se caigan, para que la boca huela bien, para que no nos duelan, que estén bonitos… No hagamos nunca excepciones, los dientes se lavan todos los días sí o sí, y practicar el refuerzo positivo cuando lo haya hecho correctamente, dile lo orgulloso que estás de él, aplaude su esfuerzo y que te vea feliz por ello; no se trata de hacerle regalos, sino de reforzar su autoestima".
 

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