Malos hábitos para tus dientes | Infomed Dental

Malos hábitos para tus dientes

A pesar de que el esmalte es fuerte, algunas costumbres y falsos mitos instaurados en la sociedad lo ponen en peligro constantemente

Que fumar es el hábito más nocivo para la salud bucal es bien sabido, pero existen una serie de prácticas demasiado habituales en nuestra sociedad que los perjudican seriamente y que muchas personas desconocen. Juan Carlos Llodra Calvo, experto en odontología preventiva de la Universidad de Granada, enumera estas cinco 'bestias negras' de una dentadura perfecta.

Siempre hemos escuchado que los dientes hay que lavarlos inmediatamente después de comer para evitar que la placa se fije. Sin embargo, existen ciertos alimentos como las patatas fritas, los zumos muy cítricos, las bebidas carbonatadas o el vino que, por su nivel de acidez, necesitan un tiempo de 'reposo'. En estos casos, el experto recomienda esperar 30 minutos antes de proceder al cepillado puesto que el ácido va eliminando parte del calcio del esmalte, dejando el diento desprovisto de fuerza. Conviene dejar que el ácido se neutralice y así, el calcio disuelto en la saliva, tiene tiempo de volver a fijarse.

Morderse las uñas no solo es un gesto antiestético que puede provocar lesiones digestivas. Las bacterias que se encuentran en las uñas pueden ocasionar infecciones locales en la cavidad bucal. Otro enemigo a tener en cuenta en verano es el cloro que se añade a las piscinas y que podemos ingerir al bucear. En estos casos, y para evitar sus daños inmediatos, es conveniente que la pasta dentífrica que utilicemos esté fluorada y que reforcemos esta acción con un enjuague con flúor.

Otra costumbre poco recomendable es utilizar los dientes como herramienta para abrir todo tipo de envases, incluso para cortar hijos o despegar celofán de los paquetes. Nunca. Por inofensivo que parezca este gesto, lo que estamos haciendo con su práctica es desgastar la dentina y, en el peor de los casos, provocar pequeñas fracturas que pueden ir a más.

Llodra concluye que, aunque es comprensible que con el calor tomemos las bebidas frías, no es en absoluto admisible que trituremos los hielos que quedan en el vaso con nuestros dientes, e insiste sobre todo en el caso de los pacientes con empastes y coronas, que pueden tener un disgusto importante.

El esmalte dental es la parte más dura de nuestro organismo, efectivamente, y una protección real para nuestros dientes. Pero esto no significa que podamos agredirlo sin medida porque no es infalible.

 

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