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Deportistas y la salud bucal
Si no llevar a cabo una correcta higiene bucodental trae problemas a la población general, en el caso de los deportistas la situación se agrava
Partimos de la premisa de que el deporte es salud, y es recomendable hacer ejercicio siempre, en todos los casos. Sin embargo, cuando esta actividad física es intensa y diaria, hay tres posibles riesgos que debemos eliminar para no ver afectados ni los músculos, ni nuestro rendimiento.
El primero de ellos es el bruxismo. 'Rechinar' los dientes es habitual, cada vez más, por culpa del estrés. Sin embargo, en el caso de las personas que practican deporte de cierta intensidad, la tensión a la que someten a su mandíbula es mucho mayor. Por eso, cuanto antes, conviene acudir al especialista para que nos diseñe una férula de descarga a medida que nos ayude a eliminar esas tensiones, y que deberemos utilizar también durante la práctica deportiva. Bruxar los dientes tiene consecuencias sobre las cervicales, así como un desgaste de la dentina más acelerado, y de esta manera lo prevenimos.
En segundo lugar, la maloclusión, más conocida como 'mala mordida' empeora los problemas de espalda, cuello y cervicales. Practicando ejercicio es más fácil que una mordida incorrecta haga daño de forma más evidente por la tensión a la que sometemos a nuestra boca con el esfuerzo. Existen ortodoncias específicas adaptadas que solucionan también esta situación poco deseable.
Por fin, las caries, que ningún paciente debe mantener en su boca demasiado tiempo, en el caso de los deportistas no deja de ser una infección que puede hacer que disminuya el rendimiento y la capacidad de reacción. Además, cuando se practica ejercicio intenso, se suelen tomar suplementos azucarados en forma de bebidas isotónicas que no ayudan a las caries y su evolución. Revisiones periódicas y limpieza de las caries existentes, cuanto antes, es la consigna.
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