Bruxismo y Estrés infantil | Infomed Dental

Bruxismo y Estrés infantil

El 30% de los niños españoles rechinan los dientes durante el sueño, cifra que va en aumento

Si bien en la más tierna infancia se considera hasta cierto punto una forma natural de desarrollar la dentición y estimular la musculatura y la formación ósea de los huesos de la cara, el hecho de rechinar los dientes (contracción rítmica, repetitiva y violenta de los maseteros) va en aumento a causa de la ansiedad y el estrés a que se someten gran parte de nuestros niños. Aunque existen algunos artículos profesionales que apuntan a un componente genético, este extremo aún no está nada claro. Eso sí, existe un mayor porcentaje de bruxismo infantil en hijos de padres que en su momento también lo padecieron.

Se trata de un trastorno que puede aparecer en cualquier edad, pero se diagnostica a partir de los 4 años y afecta al 30% de nuestros menores. En opinión de Jesús Manuel Muñoz Caro, adjunto del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del hospital La Paz de Madrid, "hay que diferenciar entre pacientes en edad infantil, con dientes de leche aún presentes y en los que el bruxismo no es una patología sino un recurso funcional aunque implique desgaste… y adolescentes, ya con cambios hormonales y con dientes definitivos, en los que el rechinado de dientes de forma inconsciente por la noche cursa con dolores musculares, de cabeza y alteraciones en la articulación mandibular, con dificultad para abrir la boca. En este segundo grupo, las afectadas son fundamentalmente chicas".

Recientes estudios científicos han constatado que el bruxismo en la infancia va en aumento, asociado a estados de ansiedad cada vez más frecuentes en este grupo de edad. Una actividad involuntaria que sucede en los primeros momentos del sueño y cesa casi siempre cuando éste se hace más profundo y que, según la experta en Periodoncia y Vocal de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), "entre los 7 y los 11 años, esta patología está presente en uno de cada cuatro niños, y puede estar causada por un componente psicológico".

Respecto a las causas y el tratamiento una vez diagnosticado, Muñoz Caro concluye: "lo primero es descartar una patología asociada como enfermedad neurológica o reumatológica; a continuación hay que identificar qué causas desencadenan los síntomas, si son factores estresantes o hábitos físicos como mascar demasiado chicle o morderse las uñas para minimizar su impacto, y tratar al paciente con analgésicos y relajantes musculares adecuados evitando las benzodiacepinas. El calor también es bueno para relajar la musculatura de la zona afectada". Las férulas, tan eficaces en la edad adulta, en niños de corta edad que aún tienen dientes por brotar están contraindicadas hasta que no se hayan agotado todos los pasos previos.
 

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